ALIMENTACIÓN INVERNAL: CUIDAR LA SALUD MEDIANTE LA COMIDA
¡Hola Comunidad Urbana! Mediante este Newsletter intentaré otorgarles información, consejos, tips y todo lo necesario para modificar nuestra forma de alimentarnos y con ello cuidar nuestra salud. Todo esto y mucho más lo pueden encontrar en mi Instagram.
Estamos viviendo una ola polar en Berisso con temperaturas bajo cero y me pareció una buena idea hablar sobre las comidas de invierno. Se suele pensar que son hipercalóricas y que en el invierno se come de más. Se cree que el chorizo colorado en el guiso de lentejas es imprescindible porque «sino no es guiso». Yo quiero hablar sobre las comidas reconfortantes del invierno: una sopa no necesariamente tiene que ser una cosa sosa de fideos nadando en agua turbia con un caldo triste que lo único que aporta es sodio. Una sopa puede ser una fiesta de sabores si se la sabe preparar: solo hay que tener los ingredientes adecuados: cebolla, verdeo, puerro, apio, zanahoria, zapallo y después ponerse creativos. Puede ir con arvejitas, con bocadillos al horno, con crutones, ¿por qué no?
Por otro lado, los guisos: no hace falta que le metas toda parte de animal muerto que se te presente. Eso se hacía cuando no había ni plata para comprar alimentos, ni información que te dijera que el alimento debe ser una herramienta para cuidar la salud. La realidad es que la grasa de origen animal debe ser consumida de manera medida ya que contribuye a los problemas cardíacos. El consejo que puedo dar a la hora de hacer guisos es usar todas las verduras que tengas en la heladera; mientras más variedad, más complejidad de sabor. ¡Usá condimentos, no muerden! Ají molido, pimentón, orégano, comino, laurel, son los más conocidos. No va a venir la policía gastronómica porque le pusiste berenjena al guiso, cortalo chiquito, tirale unos tomates y que se cocinen los alimentos. ¡Sumale un poquito de fideos si se quiere, o, para mi preferencia, alguna legumbre, como garbanzos o pallares o lentejas y vas a tener una bomba de nutrientes!
No sé si te diste cuenta, pero estoy tratando de meterle verduras a tu vida a como dé lugar. ¿Sabes por qué? Las verduras te aportan vitaminas que ayudan a que tus defensas estén al tope, además de cuidar la microbiota, que lo dejaremos para más adelante si se desea.
Por otro lado, tenemos los pensamientos panaderos de los días de lluvia, que no se puede salir a ningún lado porque te congelas. ¿Y si en lugar de comprarte unas medialunas te haces un budincito? O unas galletitas, ¿por qué no? Para acompañar con un cafecito calentito, con un pedacito de chocolate.
Ya sé, un cuadradito de chocolate no es nada, las medialunas son riquísimas, y hay un sinfín de excusas para seguir comiendo como comes. Pero ¿sabes qué pasa? La comida termina siendo el eje de tu vida, y al llevar una mala alimentación, te terminas enfermando, no alcanzando tus metas y no disfrutando de funciones básicas del cuerpo humano como sería salir a caminar.
No te estoy diciendo que dejes para siempre de comer lo que te gusta, sino que empieces a darle el lugar que se merece: el gustito que te das cuando amerita, y no un hábito diario. La comida puede ser el combustible que te sirve para llegar a donde queres, o una cadena a la cual todos los días le agregas un eslabón. Depende de vos elegir.
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Por Luli Martínez
9 de Julio del 2024.